lunes, 16 de diciembre de 2013

María Ester Chapp







Ojo peregrino



el parpadeo purifica
limpia los ojos del pasado
guía a lo más íntimo
donde alguien espera

en la alta frente un manantial

el parpadeo purifica
sudores     confusión
inquietud de los cuerpos
el llanto lava cicatrices
tormentos de la especie



travesía del ojo peregrino
hasta que soporte la luz







Un ojo ve



un ojo ve
el revés de la trama
vislumbra eternos saberes
      el oráculo libro
a orillas
              del tiempo
irradia en la densidad



                terrestre







De El ojo peregrino, El Mono Armado, 2008.













sábado, 14 de diciembre de 2013

Felipe Herrero







me río de la mortalidad
de lo fanático que suele disiparse
en agua transparente

me río del capital río
de su modo animal de ver el mundo
al construir mansiones que se derrumban
cuando el planeta echa un viento fértil al piso

me río del hombre

del modo de ver la tierra
mi tierra virgen le dice
como si el mundo fuera una puta
nena carnal de diez años
con el culo parado y sediento








no quiero poemar la porquería
que filtran los desagües de la calle

acompañar al modelo que aplaude
esa inconsciencia

el sol late
en el fondo del cielo

ojalá alguna palabra
lo toque








aniquilar
la impaciencia de las horas

el rugido de las horas
y la gente

avenida encapotada
de insultos

dejen
dejen de joder

tejan luces de algodón

y cuelguen la primavera
en Avenida de Mayo








De  "Avenida de Mayo", en Herrero/Litvinova/Castignani/Busquet, Marisma I, Editorial Lisboa, 2013.

























jueves, 12 de diciembre de 2013

Cecilia González Gerardi





Kein Engel*

 
El umbral,
en la tinta gastada del cuerpo.

Tanto despojo,
el haber nacido para tal tarea.




* Kein Engel: del alemán, "ningún ángel". Fonéticamente: /kainεŋgal/.




  
Die Zeit*

 
La sombra del tiempo,
en la limosnera extrañeza de la decepción.

Lamento celador de oscuridades,
que el carnaval agazapa tras sus garras.




* Die Zeit: del alemán, "el tiempo". Fonéticamente: /di: tsait/.






Pienso,
insistentemente,
que
uno de
estos días
te hablaré de
esos que te
rodean,
o que,
simplemente, te abriré los ojos con un destornillador.
















lunes, 2 de diciembre de 2013

Paz Busquet






Muñecas


I
Muñeca, no me perdones si vuelvo
a sentir miedo.
Transpiro lagos sobre tus piernas
me das más agua, querida.
Desando el invierno sobre tus pechos
te sueño acabar un blanco rosa-rojo.
No hay algo entre las dos
no alcanzo a vernos lamer
nuestras heridas.



II
Mojada, recién salida de mí
ella no seca
y falta.
Las paredes se corren
de izquierda a derecha
garganta
tus aguas no son nuevas
pero nunca las mismas.

[...]


IV
Más suave tu muslo los ojos sobre
no veo no soy no era
me gusta ese aro ahí sobre tu carne
de hembra.
Soñé que te invitaba a casa
que las sábanas no alcanzaban
a taparnos
que se nos perdían
entre las piernas.
Yo tenía cara hombre sexo
nada importó.

[...]


VI
Linda
no sé qué hay
debajo de tu destino.

Levanté tu pollera,
no vi lo eterno
entre las dos.

A veces te siento cerca,
me miras con ojos oscuros.

No muerdo. No clavo.
Quiero curarnos
con lenguas, con dedos.

¿Cuántos vestidos no voy
a sacarte?

¿Te invité a poner
mi mano sobre tu pierna?

¿Qué olor tenés?

[...]


VIII
Cuerpo recuerda
que quise a esa mujer
hacer sobre su panza
cerca de su ombligo.
Todos amamos mujeres
alguna vez.

[...]


XI
Hermosa
sueño con mujeres.
Cada noche las pido
y tengo miedo de volver
y que no haya nada más
que hombres.

[...]


XIII
Linda
abrazada a tu espalda
muerdo tus pechos
de tierra
me gusta que no seas
toda débil.



En Herrero/Litvinova/Castignani/Busquet, Marisma I, Editorial Lisboa, 2013.






domingo, 24 de noviembre de 2013

Eugenio Polisky









suspendido


algo cuelga de un hilo
donde ni el deseo ni el bostezo de una puerta piensa el futuro

como si fuera el recuerdo del punto

flota una hormiga en el ojo de la tormenta
un pensamiento se oculta en el rabillo de la palabra
explota el aire para no desesperarse

algo cuelga
para resbalar por la banquina del exilio

será una lámpara o una vida

eso que se termina
en el final
del extremo








ausencia


alguien no está
la luz lo espera
              en el lugar exacto de la silla
              el brillo donde no apoya el brazo
porque



alguien no está
la luz lo espera
              y el mantel blanco
instantáneo
              más blanco que la luz
ahí donde no hay un plato ni un vaso ni la cuchara de la sopa
porque



alguien no está
la luz lo espera
              en el piso no están los pies ni las pisadas
hay solo claridad
              y la sombra de la silla
              y un blanco que no es el blanco del mantel derramado por el borde de la 
                       mesa sino el blanco de la luz
porque



la luz 
espera 
a alguien



                                                                             y no está







De silencio en la nada luz, textosintrusos, 2013.








domingo, 3 de noviembre de 2013

Vera Moreno






Entre tus palabras
elijo tu cuerpo
cuando dice
que podría quedarme allí
si quisiera.




* * *





La distancia
no puede
llevarte.

Esa hoja precisa
se somete al viento.
Yo me quedo con tu olor
negando 
la despedida. 





* * *





Caminar bajo los ceibos
con sus flores al viento
en el reto de la tarde.
Te cuento y te tienta
un deseo de dos.
Te gustaría.

Pero ella te llama
con su sonrisa perfecta.
El mañana nunca existió.
                        






viernes, 1 de noviembre de 2013

Daniel Soria








10

cashal e gasharetas
entre dos lushes
rreposhitos e agua
juncos, culebra a la laguna
bosha e lo eshpinel, canoa
silenshio amarráu
nla umedad e los labios:
te creo
sho tamien siento mo mishmo



De, Suenia con mái, Último Reino, 1991.








7

 
no vaya a creer

que es  fácil

salvarnos de la hoguera

somos de la sequía

del pan para hoy

apenas un satélite

en órbita recta

no pedimos

ni un mechón de su cabello

vamoivamo

sin girarle a nadies

sin hacernos

la cruz de la santa cruz

ni atorarnos

de crudas coincidencias

¡ay, si Dios nos conociera!

Viniera a nos

a nuestro reino

a tomarse unos matesitos

con tortafrita a grasa e chancho

bajara

o subiera hasta nos

a prenderle

un santo a la velita

que anoche

vino a terminarse

a la hora de acostumbrarnos

a morder sin dievntes

a darle sin lástima

que no somos

de abajo de los puentes

que somos de la tos

del gallinero ¡pelagatos!

de cualquier aire que venga al pulmón

de cualquier sangre

que ponga en marcha al bobo

tan que a veces

ni acertamo la dirección equivocada

 


De  Rastrojo, 2003.




 



1

 

La puesta de sol
De un extenso atardecer
Alargó las sombras
Hasta alcanzar objetos y pulsaciones
El espacio se achicó
Y las voces dejaron de llegar
A tientas por un camino
No se adónde va
Ni cómo empezó
Es la noche este temblor
Intruso en la repetición
De dos espejos enfrentados
En las profundidades
Todo se hace borroso
Al cielo se le han ido
Las estrellas
Y el viento suena
Oscuro y húmedo
Descalzo por un barro pegajoso
Como si no pisara
Como si me desplazara
La piel se va resquebrajando
Alguna heridas empiezan
A iluminarse de dolor
Las manos se endurecen
Se congelan los dedos
Los párpados entumecidos
Y abiertos miran
Lo que no pueden ver
Lo que está velado y vedado
No voy hacia adelante
Ni hacia atrás
Ni a uno u otro lado
Ni arriba ni abajo
Es ningún lugar
Ninguna parte
Como fuera de todo
Es como la parte de atrás
Del universo
Ni imágenes
Ni sonidos
Ni olores
Ni recuerdos
Ni sueños
Ni conciencia
No, no es la nada
Es un desplazamiento
Hacia un horizonte
De eventos desconocidos
U olvidados
O perdidos
Donde las señales
No se han iniciado
Es como un remolino
Movimiento sin moverse
De la quietud
Ya no me esfuerzo
Hacia ninguna dirección
Me vuelvo dócil
Me dejo ser
Por los umbrales
Por una zona de metal
Transparente y violento
Lo abierto se abre
Como la herida
De una herida
Y deja pasar
O estar
Envuelve lo envuelto
Y lo vuelve a envolver
Como si rodara
Hacia su propio centro
Desconocido
O ausente
O haciéndose
No tiempo
No espacio
No principio
No fin
Algo se percibe aún
Como una menta
Una frescura
De precipicios
Y vuelos rasantes
Tornados a punto
De iniciarse
El pensamiento no fluye
Se ha dispersado
En una bruma
O frío
U otras velocidades
Entidad de no entidad
En una dimensión exhausta
Replegada hasta el infinito
O ingresando
A la más pequeña
De las partículas del cosmos
El encuentro no imaginable
Del adentro y el afuera
Esa instancia
Esa apariencia incorpórea
Y rudimentaria
De agujero sin bordes
La ninguna metáfora
Hecha de todas las metáforas
Que no se han construido aún
Fluyendo en un lenguaje
Novedoso
Sintético
Hasta la inexistencia
Que no registra
Ninguna imagen
Ni sonido
Ni es
Ni ha sido
Ni será pronunciado
Que vuelve y se va
De si mismo
En una conmoción de
Vacíos acoplados
A principios o finales
Inesperados
Como desescribiéndose
Antes de escribirse
El punto no trazado
Donde la materia y el espíritu
Se cruzan
Atravesado por lo que no hay
Cómo nombrar
Inesperados acontecimientos
En la inmensidad
De un sonido
Que busca desesperado
Su silencio
Del que nunca salió
La rendija que hay
Entre el ser y la nada
En un sin volumen
Sin total
Sin partes
Un sin espacio
Entre la unión de dos espacios
Un sin tiempo
Entre uno y otro segundo
La infinita cantidad de veladuras
Que tiene lo que no está velado
En la propia incertidumbre
De sorprenderse
Ante lo conocido
Algo de las palabras
Que no empiezan
Ni terminan
Tiene la mirada
En esta zona
De vacíos llenos de vacíos
Confusa claridad que gira
A la velocidad del olvido
A instancias de una orilla
Que es la repetición
De su propia sombra
Perdida en la ignorancia
De saberse profundidad
O superficie
No fluye
Ni se detiene
Se repite
En la única espiral recta
Que desarrolla este universo
De las vueltas
Para contrarrestar
El eterno retorno
Del bien
O el mal
O el saber
O el ignorar
Del ida
O vuelta
Como la sombra
De una bandada migratoria
Que atraviesa una muralla
Sin atravesarla
Escribo esta noche
Sobre la arena
Hasta un segundo antes
De la llegada
De la espuma.

 

De Desplazamiento, inédito.