domingo, 1 de febrero de 2015

Pablo Queralt













El sol de las 2 de la tarde y todo el calor en el aire sus
ojos verdes la cadera bailando en su tanga cada pie
avanza felino escalando el abanico sobre el borde de
la cerecita salpicada por el agua celeste de la pileta
maremoto silencioso





[...]


entre ese ser y  no ser en el trasluz del agua entre tus
brazos en los bordes de la cerecita con su agua
muerta en las orillas y la botella y la arena rosa más
allá de cada vez resoplando perdiendo más la
memoria espuma donde no se entra









en este éxtasis cada vez más cerca más en la boca
más hondo más profundo encuadrado en ella en
tenerte encerrada en el agua que grita desesperada
desde su agua parlante que me reclama me hace
creer en el agua y ahí esta viva enorme atenta picos
de teta responsable al olvido de todo y nada
sangrando chorreando su azul suave púbico






[...]


Yo pasé por tu cuerpo amarillo cada día de verano en
el silencio mitad de cielo de esa cruda belleza lútea
callado en el agua dulce de la tarde en tu carne a la
intemperie germinando siguiendo deshojando como
un ciego alucinado la sed total hambrientos al sol en
la sal del aire calcinados ardientes gloriosos boca a
boca midiendo la locura en el ácido perfume de la
hora mortal





De La piscina, Ediciones Karakartón, España, 2014.