y quisimos soplar las aguas
donde el redondo barro písase
pero sonrióse como espejo
tan señora el agua acostada
las caderas azules negras
el ombligo negro claroso
quisimos buscar las gentes
habíanse hecho alas como humo
quisimos salvar los panes
los lingotes de hechura prieta
deshilacháronse sin un ay
en hilillos de barro verde
quisimos los artesonados
los piquillines espejuelones
entredichosos sonríanse
barrosamente pasó una urraca
con un rosado gusanillo
no sé si un día volverá el sol
no sé si un día bajará ella
Juan Carlos Bustriazo Ortiz, Unca Bermeja (1973), incluido en Elegías de la piedra que canta, el suri porfiado, 2007.
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