donde estuvo su cuerpo
región ficticia
ese suelo no sabe
más
que del peso del cuerpo
y todo a punto de morir
en la sabiduría de haber puesto
la cabeza
con dirección oblicua al ventanal
la historia es
un cuerpo sin explicación sobra la escena
su carne expuesta
al amor y la duda
el lugar
que engendrará leyendas
en relación inversa a la posibilidad
de tocar su rostro por última vez
un ciruelo se inclina en el aire
y abajo hay un niño
otra vez hay un niño
que no hubo
esa quietud de piernas enroscadas
en la mejilla pálida del juego
obtiene mi aprobación
otra vez
hay un ciruelo
y ahora no se inclina
pero el niño
sube por la sombra
que no estuvo
creo ver
el ciruelo creo
que hay en ese espacio
un niño que no he sido:
él juega sabiamente
en el silencio hostil
me excluye
nada sabe de mí
Liliana Lukin, Cortar por lo sano, 1987.
http://www.lilianalukin.com.ar
Vale, genial blog,
ResponderEliminarbesos,
N.L
Gracias por leer, Nati. Un abrazo.
ResponderEliminarqué hermoso poema!
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