...me ahoga, matria, tus olas de sangre,
ya no tengo manos para remar tus duelos,
pintora de horruras tus pálidas venas
escurren al borde de esta olla de espantos
que fuera nuestro corazón y tus uñas
puntean la espuma de ayes y preces,
guitarra, guitarra mía, quién oye tu canción,
qué cielos mueven tu pulmón si ahorcaron
tus cuerdas nudos ciegos al lunaire de tu voz,
rueda tu luz en las ruletas carnívoras
del imperio sumo, se la jugaron tus verdugos
una noche de lesa traición y cacerías,
la noche enramerada de tu asesinación,
matria mía azul, tan violadita ella,
mía deshijada con el cuchillo en el útero,
mi azul de niños que ululan inhallables,
mi matria tus cabellos son porras de locura
tremolando la pampa en busca de sus hálitos,
tus bordonas calcinadas retuercen sus dedos cachorros
abrazados a tu milonga como a un seno perdido,
tañen tu canción de cuna refundida en réquiem,
guitarra, guitarra mía, calla si ella te besa
con labios deshollados de su cría y su lechura
raptada por un viento de metrallas y negror,
guitarra, guitarra mía, diles que anoto esa música
con un lápiz de fiebre en tu alvéolo más íntimo,
cuando se eleva su canto me sube un pueblor
por lo más hondo de este cuello hijo tuyo,
penacho sangral del árbol de tu carne,
yo que amé tu madreselva encinta y tu tangura
alzo tus amares, tus lloveres, tus morires
para reunir los trozos esparcidos de tu vientre
y me pongo a cantar con la tráquea cegada en tus arenas.
Julio Huasi, asesinaciones. matria mía azul. comparancias, 1981.
este es uno de los mejores poemas que he leído; más allá del juego linguistico por la intensidad expresiva del relato.
ResponderEliminarMaritza, gracias por leer y por los comentarios. Un abrazo.
ResponderEliminar