martes, 11 de febrero de 2014

Diego L. García





Multitud

Se habla.
Se dice poco.
En un momento la mente
se satura de esquirlas.
Es como en esas fotos del Ganges:
todo está allí
la piedad de la Diosa
y las cáscaras de mango.





En la polvareda

En la polvareda quedan
cuerpos,
bordeando la cañada del Cepeda,
los matorrales de Pavón,
los zanjones junto al río Negro.
¿Cuál es el país tramado?
¿Una lágrima
de hijos hambrientos
bajo los toldos del desierto, tierra adentro?
¿La fascinación del viajero
en la noche de París,
el negocio de los diarios?
¿Hacia dónde
sopla el viento que ondea
las palabras
y la sangre?





Los días verdaderos

1

No hay trayecto en vos


nada debe ir ni regresar
a tiempo


todo


desde la llovizna del alba
al café de la noche


todo


es un punto expectante
donde descansa
el universo


2

Buscamos ramas en la plaza
con formas distintas


ramas únicas
que guardamos luego
en rincones secretos


No sé si las ramas o el poema
son la misma cosa


pero sí
ambas desbordan
a la palabra






















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