Célula a célula
el día me entró en la carne
Dejamos el auto en el camino
y sólo subí a la barda
De cara al pueblo
fui poco en la temporalidad de todo,
un hálito de pacífica gloria
se metió en mi nariz
A lo lejos
un cuerpo geométrico
de ciruelos, manzanos y perales;
después la barbarie montaraz
Bajo mis ojos y cabeza
la zona urbana parece un tablero
donde metódicamente
se juega a la vida
De Pueblada, 2008.
Después de caminar
casi nueve leguas
llegué a la ermita.
El niño estatua
permanece en ella,
también su madre.
Río y altura mediantes
el pueblo está a mis
pies.
En su apariencia todo
está abandonado.
Llega la noche,
decido dormir en el
lugar.
A pesar de ser octubre
las colonias están
secas.
La luna está casi
llena.
En el centro de Orión
las Tres Marías.
Sobre el horizonte oeste
muy cerca de Venus
distingo a Saturno,
el de los diecisiete
satélites.
Venus, que es el
Lucero, apenas si se ve.
Busco a Júpiter en el
este.
¿Estará el Gordo en
Ganímedes?...
Entro a mi bolsa de
dormir,
una vieja Duvet de
pluma de ganso.
Enciendo mi linterna
y me entrego a la
lectura de
“Algunos discursos
presidenciales desde la vuelta
de la democracia a nuestros días”.
Mañana cruzaré el puente negro.
De Siempre creí que los zombis eran los
protagonistas de un subgénero
del cine de terror clase B, 2012.
Gracias, Valería, por los poemas, por dejarnos entrar en el mundo poético de German
ResponderEliminarBesossssssss