jueves, 29 de noviembre de 2012

Lilián Cámera





qué oscurece en la tarde? sonidos quietos, reflejos en el vidrio pensados para no morir.
todo seguirá igual, aún a lo lejos cuando esa luz sea lo suficientemente escasa
para rehuir una última pregunta: es la cuerda la forma de tirar en el vacío?









casualidades. una pena abierta no es frente de guerra, se escribe para el día
como quien gotea de sus venas el antídoto que podría salvarlo. y en ese precio
se incluye la bruma, cierta versión de los hechos, una campana que suena para
nadie, el reflejo intacto del cristal que acecha desde el pasillo.








 
no hay dilación si el agua escurre y el polvo es algo más que una frente angosta volviendo una y otra vez en la noche para abreviar un canto. fuese astucia o empacho la sombra me antecede, me vuelca en el silencio de un sótano cuya única ventana hace siglos tapié.








 
por insistir se trazan coordenadas.  evado la acción desde el centro mientras el puño
se encrespa como el pelo, pura futilidad. con los codos en la nuca fue fácil mirar hacia
delante, creer que atrás reptaba lo innombrable. ahora las cosas se demudan, advierten
que en ese recodo se guarda una sorpresa, algo que no podré mirar con los ojos de la muerte.









sin querer una espesura. sin andar más allá de la nariz hacia dentro. sin otro murmullo que las hojas muriendo sobre la escalera. así, es posible guardar la espina que sangró en nuestros talones
                                     bajo la letra como un secreto infame.







De la serie inédita Noeme.







 

2 comentarios:

  1. Buenísimo, Lilián!!! Estrenando Blog, felicitaciones!!! Así podré leerte más seguido...

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  2. Graciela, gracias por tus palabras, el blog es de la poeta Valeria Cervero que me ha invitado muy generosamente, por ahora no hay proyecto de blog propio.

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