qué
oscurece en la tarde? sonidos quietos, reflejos en el vidrio pensados para no
morir.
todo
seguirá igual, aún a lo lejos cuando esa luz sea lo suficientemente escasa
para
rehuir una última pregunta: es la cuerda la forma de tirar en el vacío?
casualidades. una
pena abierta no es frente de guerra, se escribe para el día
como quien gotea de
sus venas el antídoto que podría salvarlo. y en ese precio
se incluye la bruma,
cierta versión de los hechos, una campana que suena para
nadie, el reflejo
intacto del cristal que acecha desde el pasillo.
no hay dilación si el
agua escurre y el polvo es algo más que una frente angosta volviendo una y otra
vez en la noche para abreviar un canto. fuese astucia o empacho la sombra me
antecede, me vuelca en el silencio de un sótano cuya única ventana hace siglos
tapié.
por insistir se
trazan coordenadas. evado la acción
desde el centro mientras el puño
se encrespa como el
pelo, pura futilidad. con los codos en la nuca fue fácil mirar hacia
delante, creer que atrás
reptaba lo innombrable. ahora las cosas se demudan, advierten
que en ese recodo se
guarda una sorpresa, algo que no podré mirar con los ojos de la muerte.
sin
querer una espesura. sin andar más allá de la nariz hacia dentro. sin otro
murmullo que las hojas muriendo sobre la escalera. así, es posible guardar la
espina que sangró en nuestros talones
bajo la
letra como un secreto infame.
De la serie inédita Noeme.
Buenísimo, Lilián!!! Estrenando Blog, felicitaciones!!! Así podré leerte más seguido...
ResponderEliminarGraciela, gracias por tus palabras, el blog es de la poeta Valeria Cervero que me ha invitado muy generosamente, por ahora no hay proyecto de blog propio.
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