sábado, 22 de septiembre de 2012

María Gabriela Moreno





Abrí
   
    las puertas del río
                                          
                                           que había cerrado.


         La vida entera respiró.





 * * *




Hoy sí vi árboles con naranjas.

Era uno
en realidad.
En mi nuevo camino de todos los días,
ahí estaba,
a la vista de quien quisiera verlo,
regalándome su imagen generosa
repleta de diminutos soles.

(Será verdad eso que dicen
que la maravilla se encuentra siempre ahí,
tan cerca,
tan al alcance de la mano?).




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