Arde sutil exacto
La flora vale la flor
la gota vale
el segundo que sabe penetrar
y el hombre
no atiende más que a su infame
secreto individual.
Y se sonroja
si recuerda la cornisa de los pájaros
y su poca de razón
de cisne
La pequeña querida
En el espacio de la gran casa,
allí, en la calma
de la mesa servida,
desearía entibiar la muerte
y preguntarte, pequeña querida,
¿cómo se honra la espera
cómo se divide el tiempo
del amor
quién te enseñó la impunidad?
Húmedo manjar de estaciones
se desollan corazones
de a uno
hasta encontrar el cuenco
que mejor sirve,
-según lo entienden las manos
y entre los huecos que quedan-
para guardar el niño
las flores
las mentiras
piadosas.
Uno
desolla
lívido
hasta aprender
a ser otoño, dulcemente
a deshojar, y en cueros
se persigna
y ruge en su centro
esculpiendo con la premura
de la inminente intervención
del tiempo
el tronco deshojado
que revela
siluetas
informes.
Son esos cuerpos desnudos
del otoño
su belleza,
húmedo manjar de estaciones
que hará silbar
el viento entre sus hiatos
entre sus años huesudos
la pompa fúnebre
del mundo gris
Bestiario todos tenemos uno
Joven oveja teñida de perplejidad
atarme a la palabra
labradora
de los escenarios vacíos
de la práctica
práctica
de las almas,
musa de la mente
dale a su cuerpo la meta
en forma de pichón volador.
Así me va cobrando la vida.
En los misterios.
Agua hambre lumbre
sueños de bambú
no visto
aguanten las mareas
mi hambre
el de mi cuerpo
bagre del fondo,
hermano mío.
El río costea la educación
de las almas nobles
el agua pasa
rutera
por la vertiente de la garganta
de mis hermanos
de savia
el campo habla malheridas canciones
para no sentir
la marejada
en la carne
abrazo a paulina y te abrazo a vos, a las dos las abrazo en esta noche espesa donde suena miguel abuelo y escucho oye niño y leo
ResponderEliminarque la oveja se ata a la palabra y pienso que se va a cobrar la vida, sì, la degollada en la carne y en el habla.
los sueños de bambú me los respiro, y los ríos y el agua de nuestra garganta para hundirnos o flotar sin nombre. Abrazos que no las aten les mando a las dos, ojalá ande por la ciudad gigante tan pronto como creo