sábado, 14 de agosto de 2010

Sandra Toro

Ávida
asomó el ojo
por la mirilla
allá
todo el afuera
babeaba
entre colmillos
el yo
minimalista
atrevíase
y no
encendido
ante la sola idea
solo
ante la idea
no más
allá
afuera
ante todo
babeaba
incendiado
no
se atrevía
entre colmillos
la vida
toda
asomó
el ojo
por la mirilla
no más. 
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De los labios dudosos y por
demás pintados de mi abuela
supe de los primeros en llegar:
gitana de las cuevas ella.
El, contrabandista.
Rapto por medio
y un barquito a Brasil.

Después no sé por qué Morón,
el almacén. Jabón para lavar
el karma de esta familia venida
a convertir en polvo todo lo que flota.
 
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Arropada
en la comisura de tu boca
una linyera
despliega su sábana de diarios
si es de noche.
Se alimenta
de los besos que no das.
Tras ella tu silencio
es un perro
enredándose en sus trapos
y tus palabras
piedras
que los chicos arrojan
desde el puente
como si fueran flores.
Tomados del blog de Sandra Toro: http://el-placard.blogspot.com 
 

5 comentarios:

  1. ¡Excelente! Me encanta esa atmósfera del más puro desasosiego... nada a qué aferrarse como el último consuelo. Gracias, Vale, por tu enorme generosidad.

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  2. Gracias, Macky y Nati, por leer y comentar. ¡Abrazos!

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  3. hola,saqué tu blog de facebook ediciones recovecos.

    saludos
    me gustó leerte.

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  4. Gracias por leer, Lola. Te cuento que los poemas de esta entrada no son míos sino de Sandra Toro, ya que también difundo lo que me gusta de otros poetas. Si te interesa podés ver su blog, que figura abajo de los textos.

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