domingo, 1 de agosto de 2010

Algo más de Hebe Solves

Hoy hace un año que murió Hebe Solves, una poeta que no suele tener la difusión que se merece. Una posible, aunque parcial, explicación tal vez la encontremos en lo que Hebe contaba sobre ella misma: "Lo cierto es que para el escenario me faltó percha y para la vida doméstica, docilidad. Y escribo como si cantara o bailara y pienso como si estuviera cocinando el mundo en un fueguito de leña”. 
Para no renegar con las ausencias en las antologías, del tipo que sean, hago un pequeño aporte con algunos versos de Hebe y sugerencias para quienes quieran seguir leyendo su obra.


Las manos del presente

                                A las mujeres de Itaguá, pueblo
                                paraguayo donde se teje el ñanduty.

Quién retira los hilos del porvenir
y deshilacha lo oscuro que se trenza en la muerte
 sino los gestos, arañas que anudan lo nuevo de la vida
con lo que vive solo de haber sido, sin retorno.
Tela inversa de luz que tejen con el sol de la ausencia
aquellos que del vacío de la muerte arrebatan visiones. 
Ni siquiera el amor. Pero sí
los gestos de amar en membranas de sombra.
De nada sirve al presentir la acción en el olvido;
ni la memoria sola sirve. Tal como la arquitectura,
la memoria, que parece vivir
en su engañoso cuerpo que no crece.
En las manos tengo el presente. En ellas viven
las manos que tejió mi abuela. Y es presente el bordado
que desteje la selva de fantasmas con aire de los otros:
el bordado luminoso que fabrica la ciudad de los hombres.


En lugar del piano, Botella al mar, 1977.
 


La sangre

Del piso de arriba donde fue la guerra ha caído la sangre.  Es que alguien rompió una botella de vino y yo bailo sobre el vino, con los pies en la sangre.  Dios me dice: -No sea chancha.  Limpie eso.
Entonces, como si limpiar tuviera sentido por primera vez en mi vida, busco un trapo de piso, me lo pongo en los pies y bailo.  Ahora podría ser que el hombre que perdió un ojo en la guerra cante, si alguien bailó su sangre como si la bebiera con los pies.



El ama de casa y la locura, 1975, incluido en Fruta de invierno, Corregidor, 1985.



Lonja de piel seca

Parece que venir al día es doblarse.
Llueve, para gustar mejor el líquido del aire
donde el porvenir es vegetal
   y la memoria
                piedra desleída.
Si el sueño me golpeara como una campana
   un eco
   la pulsación de la noche en el día
la madre de todas las cosas volvería a mí
                             naciéndome.
   Lo que es fácil es simple:
el tiempo liso de la mañana
planifica, plano gris de tamaño mediano
para hacer del camino un lago
   una bandeja de plata
                el orillo de la respiración
el peine de un plumón salvaje.
                Pero caer no es sencillo:
tiembla la carne en condición de laberinto
   y se recorre a sí misma
                cuanto más arrastrada.
Rastrera ¿rastros deja? Arrastrada ¿arrastra?
Rastra de potro, de polvo,
                lonja de piel seca.


Monólogos de mesa, Buenos Aires, Ediciones La Margarita, 2001.

http://www.solves.com.ar
www.hebesolves.blogspot.com
Nota de Silvina Friera en Página/12: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-14804-2009-08-04.html


2 comentarios:

  1. Valeria, muy buena la poesía de Hebe Solves, y este homenaje que vos hacés. "como si estuviera cocinando el mundo en un fueguito de leña”.

    un beso

    Fernando

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  2. Fernando, qué bueno que te haya gustado. Me gustaría que la poesía de Hebe fuera más leída; lo merece. Gracias por tus palabras. Un beso,

    Valeria

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