Selección de poemas por Denise León.
De El interior de la ballena, Nusud, Buenos Aires, 2000.
1908 – regreso
Un hombre cierra los ojos,
se deja conducir.
De todas formas
el caballo siempre vuelve.
Como se acaricia
en la oscuridad a un amante
y se lo invoca por partes,
discontinuo
según el deseo lo prefiera,
el hombre que regresa cabalgando
compone y descompone
la meseta amarilla bajo el viento suave.
1954 – esposos
Te seguí una mañana
hasta el final del camino
y juntos
miramos el mar, el cielo
y las hojas
carnosas y brillantes
que había dejado la lluvia.
– ¡Qué día
para olvidar
el trabajo
y disfrutar
del paisaje!
– No sé –dijiste y vi
que la mañana
de verdad era
fría
y no había qué hacer
en la playa
desierta.
De Viajar
de noche, Limón, Buenos Aires, 2007.
insomnio
Soy yo la que
no duerme
no sé
dónde poner
los brazos
ni cómo
respirar.
Camino hasta
la puerta,
escucho cómo
cruje
la casa en el
crepúsculo.
Quiero saber
si ya se
levantaron
si
descubrieron
en medio de la
noche
el accidente,
si ocurrió,
si tengo
alguna culpa.
Oigo una
puerta,
la llave de
luz o una hornalla
que se
enciende
antes del día.
Será mi padre
que no duerme
de tan triste,
prepara alguna
cosa
y la toma
bajo la luz
amarillenta.
Pero salgo
y no encuentro
a nadie
que se mueva,
esa luz en la
casa
es la mañana.
ovni
Ahora viajaban
a velocidades
a las que no
estaban habituadas,
la hija al
volante
y la madre
tejía. Sí,
a veces
recordaba con sorpresa
que su hija
sabía manejar,
se lo contaba
a sí misma.
A ella le
gustaba
cómo iban
cambiando las cosas.
La
conversación era dulce
y riesgosa,
afuera
sobre el fondo
de la noche
cruzaban muy
rápido
unas sombras
oscuras.
Sólo las dos
en la ruta, tan lejos
los cuidados
con los que se
hace la vida.
Y de pronto
los puntos del
tejido
se podrían
haber contado de un vistazo.
Una luz
enorme. Les dio
con más
precisión que el día.
¿Semejante luz
para unas
manos arrugadas
para una hija
y una madre, las dos viejas?
No, no las
buscaba a ellas.
Quiso
simplificar y dijo:
Eva, no
contemos nada.
Van a decir
que por un rato
nos volvimos
locas.
qué placer de versos!
ResponderEliminares sabia Claudia
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