miércoles, 22 de octubre de 2014

Cecilia Fresco







Siempre me baño en el mismo lago



Podría hacer diez kilómetros de trenzas
con el pelo que tuve
hacer una fogata inmensa
con las hojas que usé
alimentar un pueblo
con las comidas que hice.
Todo se mueve lento
y continuado, mirar
el sol
es sorprenderse
porque ya llegó ahí
ya está tan bajo
casi está atardeciendo, mirar
los hijos es ver todo lo nuevo
que puede dar a luz un solo instante
es sorprenderse
porque ya están ahí
ya están tan alto.

El tiempo existe
no puedo atestiguarlo paso a paso, pero existe
en todas partes, todo el tiempo, menos
acá en la playa
al entrar a este lago.
Los pies que entran al agua son los mismos
que entraron hace treinta,  hace diez
o cualquier año
las piedras son las mismas
no hace ni más
ni menos frío, el aire
está siempre así limpio
el brillo, el clima
no cambia, no se mueve, no se achica:
siempre me baño en el mismo lago.








Dueño del mar



Llovía sobre Maullín
llegamos
tarde porque mi error
nos desvió hacia el campo
vimos los frentes grises
de un pueblo como de utilería
comimos bien
y aquello que fue un pez
dueño del mar
rey del agua salada
derivó en una gruesa
rodaja horneada.

Comimos y ya nadie
habla de su reinado:
¿clausurar un ayer
es no desear su mañana?
 







 De Realidad vs. representación, Ediciones del Dock, 2014.
















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