domingo, 18 de noviembre de 2012

Pedro Donangelo





Envíos a domicilio



un día pediste amor
y toqué el timbre.

Pegatinas como piezas de museo
condecoran la puerta
de la heladera,

pero a quién llamar
que no demore
una motocicleta de emergencias del alma.

Nosotros, los breves invitados,
apagamos las luces en la noche clara.
Sólo la luz emigrante desde un vidrio esmerilado
enfoca los restos de una pizza,

alabados restos
por la luz de al lado
y los vestigios de las constelaciones.





Agotamiento de las lámparas


primero la del cuarto
y casi inmediatamente después la lámpara de la cocina.
Rápido funeral, sin constataciones,
y ninguna de repuesto.
Qué noche de escrúpulos.
Llovizna de dos días,
silenciosa y oblicua,
encantadora de la mirada deshabitada.
El resto de uno, quién sabe.
¿templando las resonancias de una máscara?
¿Escuchás a un tal fray Luis...?
Qué noche de vaticinios, qué
apagada vida la que huye.



(Inéditos)


Blog de Pedro: http://elpoetaocasional.blogspot.com/











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