Perfumadas Criaturas II
Los sentimientos con los que me visto
No son míos
Se los robo a ese espacio que se crea
Entre los ojos de una madre y los de su hijo
Recién nacido
Alguien llena de sentimientos ese espacio
Para seducir
(o para convencernos de alguna otra cosa)
Veo pájaros atornillarse
A los campos de batalla
Monumentos a lo inmóvil
Torres piedra se deshacen
Obleas, en mi taza de porcelana
No son míos
Se los robo a ese espacio que se crea
Entre los ojos de una madre y los de su hijo
Recién nacido
Alguien llena de sentimientos ese espacio
Para seducir
(o para convencernos de alguna otra cosa)
Veo pájaros atornillarse
A los campos de batalla
Monumentos a lo inmóvil
Torres piedra se deshacen
Obleas, en mi taza de porcelana
(no estoy)
No me esperé nunca una reacción así,
pero una tarde me tomé un avión
y maté a una azafata a golpes.
No podía frenar mi puño.
Desde mi cabeza yo sólo veía mi mano
darle y darle.
Yo simplemente miraba cómo mi mano
iba y venía sin parar.
Después llegaron las pastillas
y la musiquita
y el olor a encierro.
¡Había llegado a la cima revolucionaria!
Voy a matar a mis padres
a cuchillazos
ni bien me dejen salir
del “tranquila, tranquila…”
Y después voy a subir al transporte escolar.
Voy a salir a buscar el sol
con un paraguas
(jazmín negro de la tristeza)
como toda compañía.
Que no tenga que pensar
ni una sola vez
en que el miedo no está hecho
para asesinos como yo.
Yo puedo aplastar autos con mi pulgar
mientras cuento las historias más hermosas.
De Atar es imposible, Lamás Médula, 2011.
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