LOS OJOS
La Nena le hundió
los ojos
clavándole los pulgares con un solo movimiento preciso,
los ojos dieron vuelta sobre sí mismos en un giro completo.
La Nena sintió cosquillas
en la yema de los pulgares
cuando las pestañas volvieron a quedar en su lugar;
oprimió más y los ojos se perdieron
en la cabeza sin cerebro de Pierángeli.
La Nena la miró sin reconocerla
a causa de las lágrimas y del frío de la muerte.
Guardados los ojos dentro de la nada.
El vacío de los ojos.
Los ojos de la muñeca Pierángeli eran la nada.
Cantaba el aire en las cuencas inocentes y bellas y encantadas.
¿No es la muñeca más que los ojos?
¿o es un cuchillo a mitad de la infancia?
CANCIÓN A UNOS OJOS
Con las manos húmedas cada día,
con el corazón atormentado en su caverna,
la Nena siente que el cerebro huye,
mientras las lágrimas destilan en el País de la Lluvia
un lamento de recién nacido.
La Pierángeli la observa desde las cuencas vacías,
con su sonrisa de plástico, con su traje verde de patinadora.
La Nena preferiría un reproche a esa sonrisa,
o que sus manos
se convirtieran en pezuñas,
a soportar el trono vacío de los ojos de Pierángeli,
por eso,
llora.
Extraña sus pestañas,
La nena piensa en cuánto extraña
las pestañas de Pierángeli
y llora.
Fuera del arcoiris,
el mundo se ha vuelto
oscuro
como el corazón
de un muerto.
Más allá del arcoiris, la infancia
cae
al mismo tiempo que
los ojos
de la Pierángeli
perdidos
dentro de la cabeza.
LA FUERZA DEL SUEÑO
El lenguaje es una piel (…) El lenguaje goza
tocándose a sí mismo).
R. Barthes
Como adivinando mi soledad
Pierángeli entona el himno de la noche.
La voz cae con la fuerza del sueño
de temblor en temblor.
Canta el lenguaje tapizado de la piel,
la melodía
de la carne
profunda.
Poemas de La fuerza del sueño, de próxima aparición.